La principal virtud de la psicoterapia con hipnosis ericksoniana o también denominada hipnosis clínica, consiste en ampliar la capacidad de la personapara adaptarse mejor a un cambio en las circunstancias personales. La hipnosis permite a las personas descubrir y desplegar fuerzas interiores de las que no son conscientes. La terapia consiste en devolver el poder a la persona para que apele a sus propios recursos.
Es importante aclarar que durante el proceso de hipnosis el paciente se mantiene consciente permanentemente, tan solo es trasladado a un estado de profunda relajación o trance hipnótico, desde el cual poder acceder a sus recursos internos que en su mayoría residen en su mente inconsciente. Aunque puede decirse que la hipnosis es un trance, no todos los trances son hipnosis. El miedo del paciente a perder el control de sí mismo es la imagen errónea que se ha trasladado debido a las conocidas prácticas de hipnosis de espectáculo, y que nada tienen que ver con la hipnosis terapéutica, el control lo mantiene el paciente. El terapeuta hace de guía, pero es el paciente quien se lo permite y, en definitiva, quien controla el proceso Durante la terapia se insta al paciente a aceptar la responsabilidad personal en el problema e influir activamente en su resolución. El terapeuta establece las condiciones en la comunicación con el paciente para que este piense, sienta o se comporte de un modo diferente, considerado más adaptado o beneficioso.
El ámbito de la hipnosis ha estado mayoritariamente dentro de la psicología positiva prácticamente desde sus inicios. Martin E.P. Seligman, prestigioso investigados y expresidente de la Asociación Americana de Psicología, defendía que los psicólogos debían centrarse cada vez menos en las patologías de la humanidad y más en potenciar sus puntos fuertes, como la lealtad, la compasión, la generosidad, la perseverancia, etc. Otros personajes como Milton H. Erickson también orientaron sus trabajos en el desarrollo de una comprensión más profunda de los mejores aspectos de la experiencia humana.
La hipnosis se concentra en los puntos fuertes de las personas y los amplifica (al concentrarnos en algo, lo amplificamos en la conciencia). Se parte de la premisa de que el paciente posee capacidades valiosas que están ocultas, capacidades que pueden desvelarse y emplearse de forma deliberada para superar determinados síntomas y problemas. La hipnosis empieza por la creencia en que las personas poseen más recursos de los que piensan.
¿Cuál es el objetivo de la terapia: reducir la patología o aumentar el bienestar?
Tal y como Milton Erickson enseñó, entre el terapeuta y el paciente existe un objetivo común que consiste en conseguir «el bienestar del paciente». Esto significa que muchas patologías aunque no pueden ser curadas con hipnosis, sin embargo si pueden verse modificadas en sus respuestas, como son el dolor o la intensidad de sus síntomas.
Mucha gente no es consciente del estrés que sufre hasta que no experimenta el bienestar de la hipnosis. A partir de entonces, es capaz de distinguir con claridad sus estados interiores y de ir poco a poco controlando su grado de tensión. Las personas que padecen hipertensión, síntomas de estrés, angustia, ansiedad, o dolor pueden encontrar un remedio eficaz en la hipnosis.
La hipnosis es también un medio magnífico de resolver problemas emocionales y reforzar el bienestar psíquico dada su capacidad de dar a las personas mayor control y, en consecuencia, más confianza en sí mismas.
En definitiva, la hipnosis clínica consiste en crear experiencias que sirvan de ayuda mediante sugestiones hipnóticas que contemplen la concentración de la atención, la amplificación y el empleo de capacidades que la persona no suele darse cuenta que tiene.
«El secreto de la psicoterapia reside en hacer que el paciente haga algo que quiere hacer, pero que de ordinario no haría». Milton H. Erickson
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